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La ley del equilibrio


En el último post de El Juego Interior nos introdujimos en el coaching sistémico repasando las leyes sistémicas de Bert Hellinger. Entonces os dije que un día le dedicaríamos un artículo entero a la que para mí es la ley más importante de todas, la ley del equilibrio. Ese día ha llegado, así que vamos con ella.

"Lo que das, te lo das; lo que no das, te lo quitas".

Alejandro Jodorowsky


El intercambio ha de ser ordenado y equilibrado

Ya os expliqué que los seres humanos nos organizamos en sistemas. Que nuestra pareja, nuestra familia, nuestro grupo de amigos, la empresa en la que trabajamos, nuestra comunidad de vecinos... todo son sistemas. Y que en los sistemas nos relacionamos con los demás intercambiando constantemente energía. Intercambiamos trabajo, dinero, tiempo, afecto... Todo es energía. Pero para que esas relaciones sean sanas el intercambio debe producirse de forma ordenada y equilibrada.

¿Por qué, qué es lo que sucede cuando tú estás dando mucho y recibiendo poco? Pues que sientes que están en deuda contigo y al final, te cansas de dar y te vas. ¿Y cuando alguien te abruma porque no para de darte más y más? Pues lo mismo, que te crea un sentimiento de deuda que te incomoda tanto que hace que te acabes alejando.

Y es que la energía no es ni buena ni mala. Depende de cómo, cuándo y en qué cantidad la intercambiemos. Si en lugar de regar un campo, lo inundamos, perderemos la cosecha. Y si regamos una planta al mediodía, en pleno agosto, en vez de hacerlo cuando ya no hay sol, la vamos a secar.

El que da es el que necesita

Cuando una persona da, la que necesita algo es ella. Sí sí, lo has leído bien. Si tu vienes y me regalas dos entradas para el teatro, es porque quieres algo de mí: caerme bien, pedirme un favor, disculparte por algo, que le diga a los demás lo guay que eres… lo que sea.

En un sistema, el que se mueve es el que necesita. Porque el que no necesita nada, porque se siente a gusto en la posición que ocupa dentro de la relación, ¿para que se va a mover?

El intercambio debe ser cualitativo, no cuantitativo

Para mantener el equilibro en la relación ese intercambio no debe ser cuantitativo, sino cualitativo, porque a cada uno le satisfacen cosas diferentes (uno necesita que le suban el sueldo, otro que le reconozcan con un ascenso...). Y nuestro bienestar depende del momento, no es duradero en el tiempo (hoy puedo tener calor y quiero que me enciendan el aire acondicionado, pero mañana tengo frío y necesito que pongan la calefacción, u hoy estoy muy activo y quiero que me carguen de trabajo y mañana me siento triste y necesito mimos).

Así que no es si yo te doy 3 tú me das 3, sino que yo te doy lo que tú necesitas en ese momento para sentirte bien y tú me das lo que yo necesito en ese momento para sentirme bien.



La ley del equilibrio

El intercambio ha de ser entre iguales

Si yo doy algo a alguien sin que ese alguien me lo pida, se supone que es que yo sé lo que necesita. Así que estoy tratando a la otra persona desde una posición de superioridad. Y si yo necesito algo y no lo pido, y estoy esperando a que la otra persona se dé cuenta, y si no se da cuenta me enfado, me estoy colocando en una posición de víctima, por lo tanto de inferioridad.

El intercambio debe producirse entre iguales. Así que uno solo debe dar cuando le piden y debe pedir lo que necesita y no esperar a que lo adivinen los demás. ¿Parece fácil, verdad? Pues cuantas y cuantas veces, sobre todo en las relaciones de pareja, nos encontramos con este problema: que hacemos responsable al otro de no tener en cuenta nuestras necesidades, cuando yo soy quien debería decir al otro lo que necesito. Eso se llama comunicación. Muchas parejas no cumplen con la ley del equilibrio, porque no intercambian como iguales y ese es uno de los principales motivos de que se acabe rompiendo la relación.

El intercambio debe ser dinámico

Hay que dar siempre un poquito más de lo que se recibe, para que el intercambio sea dinámico. Pero cuidado, solo un poco más, porque si das mucho más, ya sabes que la otra persona se sentirá en deuda e inconscientemente se apartará.

Devolver lo que nos dan, incrementado, ayuda a expandir las relaciones. Porque qué bien nos sentimos cuando alguien te da algo y tu le das otra cosa a cambio que le hace feliz y, como le has hecho feliz, la persona te da un poco más y tú le devuelves un poquito más, y cada vez estas más contento y la otra persona también… y esto generalmente se llama amor.

Los padres, la excepción a la ley

Y es que el amor no es dar de forma incondicional. Si tenías esa creencia destiérrala de tu mente. Ahora ya sabes que en toda relación debe haber un equilibrio entre lo que das y lo que recibes, y viceversa. Si esto no sucede, la relación acaba muriendo.

La única excepción a la ley del equilibrio, es el amor de los padres, puesto que ellos, en principio, sí que lo dan todos por sus hijos sin esperar nada a cambio. Empezando por el regalo más preciado que es la vida y que, por mucho que lo intentemos, nunca podremos compensar.

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