top of page

Procrastrinar


¿Alguna vez tienes algo importante que hacer pero nunca te pones con ello? ¿Y lo vas postergando, aplazando, dejando de lado… mientras haces cualquier otra cosa? "Hoy no me va bien", "primero quiero acabar esto otro", "ya lo haré mañana, que necesito estar muy concentrado para que me salga perfecto"… Y el mañana nunca llega, porque siempre aparece algo con lo que entretenerte y a lo que prefieres dedicar tu tiempo… ¿Te suena? Pues estás procrastinando. Lo sé, la palabrita se las trae, pero después de leer este post seguro que no la vas a olvidar.

Cuando te encuentras ante una tarea que requiere mucho esfuerzo, especialmente si es compleja o tediosa, tu cerebro tratará de ahorrarte el gasto de energía que necesitas para enfrentarte a ella centrando tu atención en cualquier distracción que tenga a su alcance que sea fácil de hacer y te produzca una gratificación inmediata.

Y es que el cerebro no está preparado para abordar proyectos complejos. No le gustan los elefantes, prefiere las hormigas. Porque si te dicen que tienes que matar unas cuantas hormigas, no hay problema: sabes que de un pisotón puedes acabar con montones de ellas. Pero si te dicen que tienes que comerte un elefante, te lo piensas… ¿verdad? Pues el elefante sería esa importante presentación que tienes que exponer en público o ese informe extenso y farragoso al que no te apetece nada enfrentarte y una hormiga comprobar, por ejemplo, si tienes nuevos e-mails en la bandeja de entrada de tu correo.

Checklist de la procrastinación

Una persona procrastrinadora no tiene por qué ser necesariamente perezosa. Al contrario, puede mostrarse tremendamente productiva haciendo todo tipo de cosas menos esa que es importante o urgente y que no le apetece nada hacer. Pero no solo procrastrinamos las tareas que detestamos o nos parecen complicadas sino también las decisiones que nos resultan difíciles de tomar.

En realidad, cuando procrastrinamos estamos haciendo dos cosas: evitar la situación que no queremos afrontar y autoengañarnos poniendo todo tipo de excusas para no enfrentarnos a ella en lugar de reconocer que hay unas emociones detrás, como el miedo al fracaso o un exceso de perfeccionismo, que son las que no impiden pasar a la acción.

Procrastrinar nos causa estrés y ansiedad, nos absorbe una importante cantidad de energía al estar todo el rato pensando en lo que tenemos pendiente y nos genera un sentimiento de culpa, porque tenemos la sensación de que estamos perdiendo el tiempo en lugar de estar haciendo eso que deberíamos hacer.

Hoy en día, en plena era digital y rodeados de estímulos externos no procrastrinar parece casi imposible, ¿verdad? Las distracciones están por todas partes: la televisión, el móvil, las redes sociales… y algunas son muy adictivas.

Ciclo de la procrastinación

Pero no te preocupes, porque te voy a dar algunos consejos para procrastrinar menos.

  • Divide las tareas: Cuando se trate de un reto complejo, divídelo en pequeños retos o minitareas y afróntalo por fases.

  • Planíficate: Clasifica las tareas o decisiones pendientes por orden de prioridad y ponles una fecha límite a cada una.

  • Quítate presión: Empieza lo que tienes que hacer de forma relajada o dedicándole solo un tiempo determinado.

  • Evita las distracciones: Elimina el mayor número de estímulos posibles. Apaga el televisor, desconecta el móvil o elige un lugar donde puedas concentrarte mejor.

  • Aplícate la regla de los 5 minutos: Si lo que tienes que hacer te lleva menos de 5 minutos, como contestar un e-mail o devolver una llamada, no lo pienses, hazlo. Porque vas a dedicarle más tiempo a decidir si lo haces o no y, si no lo haces, en pensar que no lo has hecho, que en hacerlo.

  • Motívate: Tener que hacer no es querer hacer y no suele ser suficiente, así que recompensa tus avances con pequeños premios. Así convertirás el tengo en el quiero.

  • No intentes ser perfecto: Céntrate primero en hacerlas. Y luego en hacerlas bien. Ya tendrás tiempo de perfeccionarlas.

Y para acabar, haz este ejercicio:

Cierra los ojos y visualiza cómo será tu vida de aquí a un año si no has conseguido hacer lo que te habías propuesto. Enumera todas aquellas cosas que no hiciste para no conseguir tus objetivos: “Debido a que no envié aquel currículum, no conseguí aquel trabajo”, “debido a que no acepté aquel proyecto, no volvieron a llamarme”, “debido a que no le propuse a mi socio entrar en aquel negocio, dejamos de crecer”...

Y luego, hazlo al revés. Imagina como será tu vida dentro de doce meses si has conseguido hacer todo eso que tienes pendiente. “Gracias a que presenté mi tesis, me contrataron para dar clases”, “gracias a que hice aquella llamada, conseguí nuevos clientes”, “gracias a que hice aquel viaje, conocía a mi pareja”...

Es una herramienta de empoderamiento muy potente y que te servirá para tomar conciencia. Porque te darás cuenta de que dejar de procrastrinar te acerca más a tus metas.

bottom of page