top of page

La estupidez humana

Bueno... pues por fin hemos despedido 2020, un año difícil y complicado para todos, ¿verdad? Un año que nos ha mostrado lo mejor del ser humano, como la generosidad o la solidaridad, pero también lo peor, pues hemos comprobado cómo de egoístas y estúpidos podemos llegar a ser a veces. Y de la estupidez humana trata el primer vídeo de El Juego Interior del nuevo año. Porque en 2021 seguramente tengamos que seguir enfrentándonos a más de un estúpido.


El economista e historiador italiano Carlo Maria Cipolla elaboró una interesante y divertida Teoría sobre la Estupidez Humana a través de 5 leyes fundamentales que vamos a repasar a continuación.



1ª Ley: Siempre e inevitablemente, todo el mundo infravalora el número de personas estúpidas que hay en circulación.

Aunque podemos pensar que el mundo está lleno de estúpidos, nuestro cálculo siempre será a la baja. Para empezar, porque algunas de las personas a las que consideramos razonables, coherentes, inteligentes, incluso brillantes, tarde o temprano nos sorprenderán con su estupidez. Porque el estúpido no sabe que lo es y siempre aparece por sorpresa en los momentos y lugares más inesperados.


Tú puedes ser una persona estúpida, yo puedo ser un perfecto estúpido... Hay muchos más estúpidos de los que parece. Así que nunca subestimes la estupidez humana, porque está por todas partes.


“Solo hay dos cosas infinitas: el universo y la estupidez humana, y no estoy seguro de la primera”.

Albert Enstein



2ª Ley: La probabilidad de que una persona sea estúpida es independiente de cualquier otra característica de esa persona.

Pocas cosas existen en el universo que se hayan repartido de un forma más equitativa que la estupidez. Porque la estupidez no discrimina. No entiende de sexo, ni de raza, ni de clase social, ni de ideología política. Hay mujeres estúpidas y hombre estúpidos, estúpidos blancos, estúpidos negros, estúpidos pobres y estúpidos ricos, estúpidos de izquierdas y estúpidos de derechas.


En definitiva, además de no saber cuantos estúpidos hay en circulación, tampoco tenemos ninguna variable que nos permita identificarlos.

3ª Ley: Un estúpido es alguien que causa un perjuicio a otra persona o a un grupo de personas, sin obtener al mismo tiempo un beneficio para sí e incluso pudiendo salir también él mismo perjudicado.

Cipolla decía que había cuatro tipos de personas: las ingenuas, las inteligentes, las malvadas y las estúpidas. El ingenuo es capaz de beneficiar a los demás aun perjudicándose a sí mismo. El inteligente toma las decisiones más precisas para beneficiarse él pero, también, a los demás. El malvado actúa movido sólo por el beneficio propio sin importarle perjudicar a los otros.. Pero el estúpido, un auténtico profesional en tomar malas decisiones, es el único que puede hacer que todos, incluido él mismo, pierda.

¿Cómo es posible que exista gente así, verdad? No hay ninguna explicación. Bueno, sí, hay una: la persona en cuestión es estúpida.


Cuadrante de la estupidez humana

4ª Ley: Los no estúpidos siempre subestiman el poder dañino de los estúpidos. Y olvidan constantemente que, en cualquier momento, lugar y circunstancia, tratar con estúpidos suele salir caro.


Todo el mundo sabe cual es la motivación de un malvado: obtener un beneficio a costa de otros. Y que para lograrlo es capaz de cualquier cosa. Su comportamiento responde, por tanto, a una lógica. Así que una vez detectado e identificado, puedes protegerte de él y mantenerlo a raya.

En cambio, el estúpido puede joderte, incluso a costa de joderse a si mismo, sin ningún motivo aparente. Su conducta es errática, impredecible e irracional. Porque es estúpido y ni si quiera sabe que lo es. Pensar que podemos sacar provecho de un estúpido, que podemos prever todas sus acciones y reacciones, es un grave error. Y es que en cualquier momento, un estúpido puede cometer una estupidez y arruinarlo todo.


“Nunca intentes discutir con un estúpido; te hará descender a su nivel y ahí te ganará por experiencia”.

Mark Twain



5ª Ley: El estúpido es el tipo de persona más peligroso que existe; incluso más peligroso que el malvado.


Un malvado perfecto es aquel que obtiene un beneficio exactamente igual a la pérdida que ha ocasionado en su víctima. Utilizando el símil del robo, lo que sustrae simplemente pasa de un bolsillo a otro. Por eso, Cipolla decía que, si todos fuésemos malvados perfectos, la sociedad en su conjunto no saldría ni ganando ni perdiendo.


En cambio, el daño que puede causar un estúpido es ilimitado, por lo que su presencia entraña un peligro aún mayor. La gran pregunta es si de verdad preferimos una sociedad repleta de malas personas o una sociedad inundada de estúpidos.

Te dejo que pienses la respuesta... 😉





bottom of page